Bienvenidos a Poetas al desnudo

Los invitamos a expresarse de la mano de los poetas contemporáneos más destacados de Latinoamérica, a identificarse con ellos y con nosotros. Sólo deben contarnos qué piensan acerca de las poesías que publicaremos, qué les producen a ustedes. También serán bien recibidas futuras propuestas acerca de posibles obras a analizar.
¡Que lo disfruten!

domingo, 29 de mayo de 2011

A pleno llanto, Oliverio Girondo

Y entretanto lloremos
tomados de las manos.

Oliverio Girondo, gentileza de google.

Lloremos ¡Sí! Lloremos
amargo llanto verde,
sustancias, minerales,
azufre, mica, arena,
cristales fracasados,
humilladas tachuelas,
ardientes lagrimones
de lacre derretido.

Lloremos junto al humo,
desnudos, entre ruinas,
en medio de la calle,
de la sangre, del lodo,
debajo de la tierra,
en el agua, en el aire,
entre mástiles rotos
y piernas amputadas.

Que se abran las esclusas
del reprimido llanto
y lloremos, a gritos
estentóreos, salvajes,
el mentón tembloroso,
sin compás, ni guitarra,
las mejillas chorreantes,
los párpados acuosos.


Lloremos la familia,
el vino derramado,
las momias, la victoria,
las plazas desoladas,
la usura, el terciopelo,
el pan de cada dia,
las noches gemebundas,
las muertas catedrales.

Lloremos por las uñas,
por los pies, por los dientes,
lacios chorros tranquilos
de lágrimas salobres,
murmurantes arroyos
que enternezcan las piedras,
cataratas de llanto
de estruendosos modales.

Lloremos y lloremos,
impudorosamente,
sin tregua, ni descanso,
durante largos años,
por más que estalactitas
de lágrimas espesas
ericen las riberas
de nuestros lagrimales

Lloremos, con la lluvia,
un llanto monocorde
que anegue la codicia,
el pasto, las heridas;
nos limpie la garganta,
el alma, los bolsillos,
traspase la tristeza,
la angustia, la memoria.

Lloremos, ¡Ah! Lloremos
purificantes lágrimas,
hasta ver disolverse
el odio, la mentira,
y lograr algún día
--sin los ojos lluviosos--
volver a sonreírle
a la vida que pasa.







El escritor argentino Oliverio Girondo fue educado entre poetas exponentes de la vanguardia europea. En sus creaciones, utilizó recursos comunes de la época y los conjugó de manera de confeccionar textos con contenidos emocionales y críticas sociales.



Si bien la obra citada cuenta con elementos dentro de la misma estrofa que no tienen mucho en común entre sí, los conceptos están hilados por una idea superior. Esta modalidad se funda en la concepción del arte como término amplio y abarcativo, sin una definición específica y estructurada de lo que debe ser la literatura. De este modo, Oliverio se alejaba de los prejuicios en general; no tomaba en cuenta una sola vía posible para el arte y cuestionaba los roles sociales. 


A tal punto su concepción era revolucionaria, que a principios del siglo XX el autor no se atrevía a encasillar acciones específicas para cada género sexual. Se alejó de la idea de que los hombres no deben llorar, rechazó la vergüenza y la humillación que conllevaba este accionar para el paradigma social. Se animó a convocar un llanto colectivo, burlando la soledad y enfrentándose a la agonía de la angustia existencial, llorar en cualquier lugar, por más denigrante que pueda parecer, desnudos junto al humo, entre ruinas, en medio de la calle, de la sangre, del lodo; debajo de la tierra o entre piernas amputadas.


La obra ilustra el llanto como necesidad. El autor ironiza al respecto, jactándose de apreciar sus propiedades físicas y químicas. Lo aprecia como a cualquier reacción lógica a la vida, fisiológicamente necesaria y cargada de sensacionalismos y emociones. Girondo respetó tanto este tipo de descarga, que la propuso como forma de salvación; dejarnos llevar por ese llanto profundo, que nos obliga a ponernos en contacto con nuestros màs íntimos deseos y nos permite volver al origen de las pasiones, y de este modo, cambiar el mundo, para volver a familiarizarnos con esa sensación de justicia, para reconstruir y mejorar el lugar donde vivimos.


Por eso el título, "A pleno llanto"; implica bañar el mundo en lágrimas, para mejorar, para purificar, para encaminarnos hacia una mejor calidad de vida.


Natalia Grinschpun

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