Jorge Luis Borges, gentileza de google |
Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
ni los lentos jardines. Ya no hay una
luna que no sea espejo del pasado,
cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
que acercaba el amor. Hoy sólo tienes
la fiel memoria y los desiertos días.
Nadie pierde (repites vanamente)
sino lo que no tiene y no ha tenido
nunca, pero no basta ser valiente
para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
y te puede matar una guitarra.
II
Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
un instante cualquiera es más profundo
y diverso que el mar. La vida es corta
y aunque las horas son tan largas, una
oscura maravilla nos acecha,
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha
que nos libra del sol y de la luna
y del amor. La dicha que me diste
y me quitaste debe ser borrada;
lo que era todo tiene que ser nada.
Sólo que me queda el goce de estar triste,
esa vana costumbre que me inclina
al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.
Interpretación
Hermoso.
Muchos dicen que este poema fue escrito en referencia a la pérdida de la vista de Borges en 1964, aunque de no ser así, se aplica a múltiples situaciones cotidianas, o tal vez no tanto.
Un final, la carencia de algo querido, independientemente de qué, convierte al mundo en no - mágico, desesperado por el futuro, ansioso por desamor; y nos transforma en seres rezagados, cansados de la batalla, que sólo pretenden descansar eternamente, borrando todos los recuerdos.
En este caso Borges, con el excepcional cinismo y lógica que siempre lo caracterizó, expresa el tiempo de los desamparados, los que ya perdieron "todo lo que han tenido". Un afecto, un sentido, un recuerdo; "te han dejado". El autor menciona la fuerza del olvido, esa vigorosa que desgarra, pero que se adquiere a través del arte, un símbolo, una rosa, una guitarra, elementos que despiertan la sensibilidad del ser que yacía dormido, sin nada ni nadie que pueda estremecerlo, en la absoluta e insana soledad, que ahoga, carcome, sofoca.
"La vida es corta", aúlla Borges ya sin esperanzas. Los momentos de regocijo ya han pasado. Pero las horas restantes, esas son las que cruelmente largas, nos separan de la última esperanza de quien vivió, pero ya no lo hace enteramente: la muerte, "la flecha que nos libera del sol".
"Lo que era todo tiene que ser nada", la idea de que sólo sea un recuerdo es más dolorosa que la idea de que ese recuerdo nunca exista. En la más profunda desesperanza, Borges desea la nada, el no recuerdo, el no respiro. Sólo queda la amarga costumbre del día a día, la tristeza ya característica, de sus noches con esa luna, que hoy es sólo "espejo del pasado".
Natalia Grinschpun
Hermoso la esencia de este escrito y la fuerza indiscriptible de plasmar aquello que una vez nos deja. Me identifico, pues soy alguien que va perdiendo visión. En mis converasaciones internas digo he visto demasiado incluso lo que nunca quise ver; pero cuando veo el cielo, fresco verdor de las hojas y la sonrisa dibujada en el rostro de un niño, son cosas que espero siempre contemplar. Lindo espacio,,,
ResponderEliminarPresumo que la fecha está relacionada con su separación de Estela Canto.La puerta y la esquina del sur corresponden al lugar donde ella vivía
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