y la mujer que amo con una boina azul.
Yo conozco la música de un barracón de feria
barquitos en botellas y humo en el horizonte.
Yo conozco una calle que hay en cualquier ciudad.
Raúl González Tuñón, gentileza de Taringa |
Ni la noche tumbada sobre el ruido del bar
ni los labios sesgados sobre un viejo cantar
ni el afiche apagado del grotesco armazón
telaraña del mundo para mi corazón.
¡Ni las luces que siempre se van con otros hombres
de rodillas desnudas y de brazos tendidos!
-Tenía unos pocos sueños iguales a los sueños
que acarician de noche a los niños dormidos-.
Tenía el resplandor de una felicidad
y veía mi rostro fijado en las vidrieras
y en un lugar del mundo era un hombre feliz.
¿Conoce usted paisajes pintados en los vidrios?
¿Y muñecos de trapo con alegres bonetes?
¿Y soldaditos juntos marchando en la mañana
y carros de verduras con colores alegres?
Yo conozco una calle de una ciudad cualquiera
y mi alma tan lejana y tan cerca de mí
y riendo de la muerte y de la suerte y
feliz como una rama de viento en primavera.
El ciego está cantando. Te digo: ¡Amo la guerra!
Esto es simple querida, como el globo de luz
del hotel en que vives. Yo subo la escalera
y la música viene a mi lado, la música.
Los dos somos gitanos de una troupe vagabunda
alegres en lo alto de una calle cualquiera.
Alegres las campanas como una nueva voz.
Tú crees todavía en la revolución
y por el agujero que coses en tu media
sale el sol y se llena todo el cuarto de luz.
Yo conozco una calle que hay en cualquier ciudad,
una calle que nadie conoce ni transita.
Solo yo voy por ella con mi dolor desnudo
solo con el recuerdo de una mujer querida.
Está en un puerto. ¿Un puerto? Yo he conocido un puerto.
Decir, yo he conocido, es decir: Algo ha muerto.
Escuchá al autor recitar su poema
Pocas poesías invocan tanto con un simple agujero en la media, una imagen vulgar y corriente. Sin embargo este es distinto, porque por esa pequeña abertura sale el sol, un sol que inunda de luz, nos baña de luz, nos sorprende y nos renueva.
De una manera u otra, Raúl González Tuñón (1905-1974) logra enfrentarnos a objetos, lugares o sensaciones que pasamos, vivimos, conocimos; y al mismo tiempo nos interpela en la función que cumplen esos simples significantes, en su inflexión de lengua viva.
Tuñón retrataba como nadie las calles de las ciudades, bajos fondos, ladrones, prostitutas, mendigo, puerto, fábrica abandonada. Por eso su lírica fue clasificada en ocasiones como "violenta", concepción tosca si tomamos al pie de la letra las palabras del escritor para precisar su estilo, el realismo romántico: "Poesía como diálogo del hombre con su tiempo y como aventura total del espíritu". La entrañable definición de su ser podría enredarse entre barcos en botellas, cajitas de música y veletas, simbologías que tanto ha amado desde sus orígenes obreros, para expresar ese horizonte chiquito entre "lo clásico y lo romántico, la experiencia y el sentimiento, la ley y la revelación, la búsqueda y la inspiración".
La poesía, si bien no está construida en una métrica muy habitual, sino más bien libre, conserva una rima ligera, sin llegar a ser forzada ni meticulosa. Según el autor, la literatura está íntimamente relacionada con la realidad social en la que se inscribe. Por eso se sirve de un surrealismo político, militante, metafórico, y del verdadero equilibrio entre la vanguardia argentina y la europea.
Reconocemos la calle, esa que pronto puede desaparecer por la reconfiguración moderna de 1930, podemos apreciar la ciudad, amada, la mujer de la boina azul, la feria, los sueños que ya no están, la música que sonaba cuando iba a buscarla, el paisaje que se tatuó en los ojos en ese infinito andar, la ilusión que juntos construyeron para cambiar el mundo, para llenarlo de luz, cosiendo remiendos de las inmundicias abandonadas.
Y la nostalgia, y el vértigo de la aventura del porvenir. La calle, ahora utópica, que comparte con nosotros, que usa para volver sobre sus pasos, cansados, desnudos. Sólo los años pasaron, él sigue siendo quien transita por el puerto, con su recuerdo que al morir, la revive en la ausencia de ese sentimiento que ya no es.
LEÉ LA NOTA DE CLARÍN A CIEN AÑOS DE SU NACIMIENTO
Que lindo nati!!! muy buenoo!
ResponderEliminarMuy hermoso poema!!
ResponderEliminarMe encanta, me emociona, me agrada!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¿El arte por el arte o arte para denuncia social? Chaan!!! 🤔
ResponderEliminarSOBRE LA POESÍA Y EL COMBATE, de Juan Gelman
Eliminarmientras el dictador o burócrata de turno hablaba
en defensa del desorden constituido del régimen
él tomó un endecasílabo o verso nacido del encuentro
entre una piedra y un fulgor de otoño
afuera seguía la lucha de clases/el capitalismo brutal/el
duro trabajo/la estupidez/la represión/la muerte/las sirenas
policiales cortando la noche/él tomó el endecasílabo y
con mano hábil lo abrió en dos cargando
de un lado más belleza y más
belleza del otro/cerró el endecasílabo/puso el dedo en
la palabra inicial/apretó
la palabra inicial apuntando al dictador o burócrata
salió el endecasilabazo/siguió el discurso siguió
la lucha de clases/el capitalismo brutal/el duro trabajo/
la estupidez/la represión/la muerte/las sirenas policiales cortando la noche
este hecho explica que ningún endecasílabo derribó hasta ahora
a ningún dictador o burócrata aunque sea un pequeño dictador o un pequeño burócrata/y también explica que un verso puede nacer del encuentro entre una piedra y un fulgor de/otoño o
del encuentro entre la lluvia y un barco y de
otros encuentros que nadie sabría predecir/o sea
los nacimientos casamientos los
disparos de la belleza incesante
Marina, me parece que el arte por el arte en general hace referencia a quienes no militan el arte como trabajo. Es claro que muchas, las más de las veces, el arte se adelanta un poquito y nadie da crédito por él, tanto en pesos como en ideas.
EliminarNo entiendo si lo planteás como una diferencia entre Tuñón y Gelman o como algo más general. Igualmente, te lo pregunto por inquietud, tu posteo de Gelman para mí, continúa la idea de Raúl. Brazos de marineros se convierten en brazos de combatientes, a todo nivel: latencia del romanticismo.
Abrazo...
Bueno, hola, llegué acá buscando la letra de Tuñon ( como canción ) de La calle del agujero en la media, porque no me acordaba donde aparecían los barquitos en botellas.
ResponderEliminarY me encuentro buenos comentarios y la poesía del Tuñón recargado, ese Juan Gelman con su endecasílabo...
Gracias...
Buenas, Raúl. Mirá, yo tengo bien sentada mi postura acerca de la finalidad del arte. No pasaba por un crédito económico ni mucho menos. Tampoco en si hay o no una diferencia entre Gelman y Tuñón. Lo planteé como pregunta nomás, es interesante chusmear otras otras posibles lecturas. Mi pregunta de fondo es ¿debe el arte hacer una denuncia social? Porque eso es lo que proponía Tuñón. Saludos!
ResponderEliminarqué redes sociales ni nada... aguante ésta pagina que me llena el Alma!!!
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