Bienvenidos a Poetas al desnudo

Los invitamos a expresarse de la mano de los poetas contemporáneos más destacados de Latinoamérica, a identificarse con ellos y con nosotros. Sólo deben contarnos qué piensan acerca de las poesías que publicaremos, qué les producen a ustedes. También serán bien recibidas futuras propuestas acerca de posibles obras a analizar.
¡Que lo disfruten!

domingo, 26 de junio de 2011

El Dios Triste, Gabriela Mistral

Mirando la alameda, de otoño lacerada, 
la alameda profunda de vejez amarilla, 
como cuando camino por la hierba segada 
Gabriela Mistral. Fuente: www.eluniversal.com.mx
busco el rostro de Dios y palpo su mejilla.

Y en esta tarde lenta como una hebra de llanto 
por la alameda de oro y de rojez yo siento 
un Dios de otoño, un Dios sin ardor y sin canto 
¡y lo conozco triste, lleno de desaliento!

Y pienso que tal vez Aquel tremendo y fuerte 
Señor, al que cantara de locura embriagada,
no existe, y que mi Padre que las mañanas vierte 
tiene la mano laxa, la mejilla cansada.

Se oye en su corazón un rumor de alameda 
de otoño: el desgajarse de la suma tristeza.
Su mirada hacia mí como lágrima rueda 
y esa mirada mustia me inclina la cabeza.

Y ensayo otra plegaria para este Dios doliente, 
plegaria que del polvo del mundo no ha subido:
"Padre, nada te pido, pues te miro a la frente 
y eres inmenso, ¡inmenso!, pero te hallas herido".



   Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayata, o Gabriela Mistral, fue escritora, maestra y diplomática mundialmente reconocida y primer literato latinoamericano en ganar el premio Nóbel. Nació en Chile en 1889 y a los tres años sufrió el abandono de su padre, un maestro rural chileno. Romelio Ureta fue uno de sus grandes amores, un empleado de ferrocarriles que se suicidó al poco tiempo de relación. Estos dos episodios traumáticos en la vida de Mistral, la marcaron considerablemente, tanto en su vocación como maestra, como en sus obras más reconocidas.


   Sus trabajos fueron fundamentalmente modernistas, místicos y emotivos, centrados en temáticas cotidianas, en ocasiones con imágenes violentas o símbolos, sin retórica y elaborados mediante el lenguaje coloquial. Algunas de sus influencias fueron Frédéric Mistral, Gabriel D'Annunzio (de quienes tomó su reconocido seudónimo), Amado Nervo, Rubén Darío e incluso la Biblia. Algunos de los tópicos que abundan es sus obras y la tornan cercana a la “poesía pura” son la maternidad, el amor, la naturaleza, la muerte o las creencias religiosas, referenciales al cristianismo.

   Sin embargo, Gabriela concebía el dinamismo como factor fundamental para la noción de la realidad plasmada en su poesía. Construyó su estilo desde el apego a la naturaleza y a lo no humano, más que a lo trascendental y a lo espiritual. "La imaginería mistraliana es profundamente material", decía Mario Rodríguez haciendo referencia al rechazo del lenguaje abstracto por parte de la autora.

   En sus obras, la tierra está concebida como punto de concentración de energía, una búsqueda de los elementos duros y fuertes, un no Dios, un no hombre. Sin embargo, esos objetos son perecederos y, por otro lado, son los únicos que somos capaces de conocer.

   En el texto, la autora sigue apelando al Dios del infinito, pero esta vez, amenazado por el cansancio, la muerte, el dolor y la angustia. De este modo, el Dios se vuelve “triste”; aparece el quiebre en la fe cristiana, la duda. “Tiene la mano laxa” ilustra lo impuro de ese nuevo ser, el hedor,  representado con el mismo término en el poema “Al oído de Cristo”. La autora le implora al Dios lejano que la escuche o la mire; pero él está herido y, de este modo, ella justifica la falta de respuesta. El ser supremo es ahora débil, y Gabriela es fuerte. Estos versos usa la autora para acusarse a sí misma de blasfema.

   Por otro lado, llama a Dios “padre”, sin estar completamente alejada de la concepción real de la palabra. De alguna manera, Gabriela suple la falta de su padre con su propia fortaleza. Justifica el abandono, en su condición de laxo, cansado, triste, doliente y herido. En cierta forma, el padre la habría dejado por estar triste y dolido, al igual que su antiguo novio, Romelio Ureta. No es casual que estas figuras hayan podido quedar idealizadas en un ser supremo. El tomarlas como débiles o impotentes, es una manera de dejarlas ir: “Eres inmenso, pero te hallas herido”.



Natalia Grinschpun

1 comentario:

  1. 2. LA OBRA
    2.1 Genero
    2.2 Escuela
    2.3 Estructura Externa
    2.4 Contexto Histórico
    2.5 Tema
    2.6 Subtemas
    2.7 Yo Poético
    2.8 Objetivo Lirico
    2.9 Estilo
    2.10 Rima
    2.11 Métrica
    2.12 Registro Lingüístico
    2.13 Figuras Literarias
    2.14 Mensaje
    2.15 Comentario
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