Bienvenidos a Poetas al desnudo

Los invitamos a expresarse de la mano de los poetas contemporáneos más destacados de Latinoamérica, a identificarse con ellos y con nosotros. Sólo deben contarnos qué piensan acerca de las poesías que publicaremos, qué les producen a ustedes. También serán bien recibidas futuras propuestas acerca de posibles obras a analizar.
¡Que lo disfruten!

domingo, 26 de junio de 2011

Frente al mar, Alfonsina Storni

Oh mar, enorme mar, corazón fiero 
De ritmo desigual, corazón malo, 
Yo soy más blanda que ese pobre palo 
Que se pudre en tus ondas prisionero. 

Oh mar, dame tu cólera tremenda, 
Yo me pasé la vida perdonando, 
Porque entendía, mar, yo me fui dando: 
«Piedad, piedad para el que más ofenda». 

Vulgaridad, vulgaridad me acosa. 
Ah, me han comprado la ciudad y el hombre. 
Hazme tener tu cólera sin nombre: 
Ya me fatiga esta misión de rosa. 

¿Ves al vulgar? Ese vulgar me apena, 
Me falta el aire y donde falta quedo, 
Quisiera no entender, pero no puedo: 
Es la vulgaridad que me envenena. 

Me empobrecí porque entender abruma, 
Me empobrecí porque entender sofoca, 
¡Bendecida la fuerza de la roca! 
Yo tengo el corazón como la espuma. 

Mar, yo soñaba ser como tú eres, 
Allá en las tardes que la vida mía 
Bajo las horas cálidas se abría... 
Ah, yo soñaba ser como tú eres. 

Mírame aquí, pequeña, miserable, 
Todo dolor me vence, todo sueño; 
Mar, dame, dame el inefable empeño 
De tornarme soberbia, inalcanzable. 

Dame tu sal, tu yodo, tu fiereza. 
¡Aire de mar!... ¡Oh, tempestad! ¡Oh enojo! 
Desdichada de mí, soy un abrojo, 
Y muero, mar, sucumbo en mi pobreza. 

Y el alma mía es como el mar, es eso, 
Ah, la ciudad la pudre y la equivoca; 
Pequeña vida que dolor provoca, 
¡Que pueda libertarme de su peso! 

Vuele mi empeño, mi esperanza vuele... 
La vida mía debió ser horrible, 
Debió ser una arteria incontenible 
Y apenas es cicatriz que siempre duele.




Alfonsina Storni tuvo sin dudas una vida turbulenta, acentuada por su manera de sentir, de amar y sufrir tan intensamente. En esta poesía, Frente al mar, Storni predice su propia muerte. Ella quería ser como el mar, tener su fuerza y su tempestad, y sin embargo asume “Yo tengo el corazón como la espuma”, tan efervescente y volátil era. Finalmente no renunció a su deseo sino a su vida, y en el mar se adentró para dejar atrás la angustia y el dolor, para no volver más.




“Hazme tener tu cólera sin nombre: Ya me fatiga esta misión de rosa”, pide Storni a la inmensidad del mar. Esta cansada de tolerar, “Yo me pasé la vida perdonando”, dice, y que no le disculpen la vulgaridad que la acosa. Sabe algo que no le agrada:Me empobrecí porque entender abruma, me empobrecí porque entender sofoca”. Sabe que nunca la comprenderán, excepto el mar; cree que toda su gratitud no tiene compensación alguna. Y al no poder luchar contra esto, siente su debilidad:Mírame aquí, pequeña, miserable, todo dolor me vence, todo sueño”.

Storni ve en el mar la representación de la calma y la serenidad, en contraste con la ciudad, con la vida que lleva y que la aturde: “Y el alma mía es como el mar, es eso, ah, la ciudad la pudre y la equivoca. Pequeña vida que dolor provoca, ¡Que pueda libertarme de su peso!”. Es en esta frase donde se encuentra la respuesta, la que descubrió Alfonsina: Para librarse finalmente y para siempre del peso del dolor, la solución fue quedarse con el mar, tan sólo con su alma. 


Mariana Dei Castelli



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